09 octubre 2017

.....ya llegó la primavera

Ha sido tan difícil pensar en seguir escribiendo, en seguir existiendo, en hacer cualquier cosa y que eso este bien. En mis pensamientos escribo mucho, pero lo material de esta realidad es demasiado dolorosa aún para poder dejarla estampada, me la vivo sola, en pequeños llantos, añoranzas, mientras manejo, mientras camino, o trabajando, en mi interior llevo una tristeza enorme dónde nadie puede llegar. La imposibilidad de arreglar nada, porque ya nada se puede arreglar, nada volverá a ser. Mi Vicente ya no está aquí, no lo volveré a ver, a veces siento que está bien en algún lugar, probablemente muy lejos y tan cerca a la vez, y eso me tranquiliza, otras veces no puedo más de la angustia de no sentir su existencia.
He perdido una de mis personas amadas, se que no soy la única persona que ha pasado por una pérdida tal, se que existe mucho sufrimiento en el mundo, en la vida de muchos, pero eso jamás podría ser un consuelo. Yo no puedo entender que todo siga su curso sin Vicente aquí en la tierra, si estaba de algún modo escrito todo este fatal desenlace, si será que en algún plano imposible de recordar, todos sabíamos lo que sucedería, lo que sucederá con cada uno de nosotros. Será que de ese conocimiento surgen nuestras motivaciones, acciones, será que algo nos guía. Qué es todo esto en realidad, por qué todo el mundo me habla de superar, qué es lo qué hay que superar, sólo amo y eso no voy a dejar de hacerlo, por qué tendría que superar el amor que siento por mi hijo, eso no, si es eso, pues no lo superaré, nunca.
Así me muevo, haciendo lo que puedo, a pequeñas metas, cambios, necesito cambiar muchas cosas, todo lo que si hubiera cambiado antes, quizás significaría no vivir este dolor. Ni siquiera se realmente qué cambiar, sólo ser de algún modo un poco mejor, conmigo, con mi hogar, con los demás, es tanto dónde uno puede mejorar, eso espero.



El desierto floreció maravillosamente este año, y a mi me parece que todas estas manifestaciones naturales son regalos enviados, que no puedo dejar de honrar, por eso nos arrancamos montón de kilómetros al norte, a apreciar y agradecer su belleza de desierto en flor. Cómo uno de mil cambios, algo así no se puede dejar pasar, gracias!

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